Año tras año, el Regimiento Nº 19 "Colchagua", acuartela a cientos de jóvenes, quienes junto con recibir una estricta formación militar cumplen sus expectativas y desafíos que la Patria les impone.
Este año no es la excepción y la campaña inicial es una actividad tradicional, que constituye parte de la formación de los soldados conscriptos recientemente acuartelados, donde se someten a un riguroso entrenamiento que tiene como propósito convertirlos en combatientes individuales, capaces de sobrevivir, prevalecer y triunfar en un ambiente hostil.
Para ello, 289 hombres y mujeres se encuentran actualmente en el Campo de Instrucción y Entrenamiento "La Ramada", ubicado a 7 kilómetros al poniente de San Fernando, recibiendo los conocimientos y competencias necesarias, por parte de 96 instructores (Oficiales y Clases), para cumplir con los objetivos planteados para esta fase.
La jornada comienza muy temprano con el tradicional toque de "Diana" a las 06:30 hrs, que indica que es hora de levantarse y comenzar los preparativos para iniciar el entrenamiento, luego del desayuno, orden de las carpas y sectores que han utilizado para pernoctar, se equipan con su casco, mochila y fusil, además de protecciones como rodilleras y coderas, para iniciar la instrucción a las 08:00 hrs, instrucción variada y básica en este período, que incluye orientación (carta y brújula), paso de obstáculos, supervivencia, Derecho Internacional Humanitario y tiro de fusil, entre otros. La instrucción se va desarrollando durante el día, con los respectivos descansos para almorzar y cenar, para posteriormente continuar la jornada nocturna, la cual puede extenderse hasta las 24:00 hrs.
La extenuante jornada de instrucción y entrenamiento, va formando una camaradería única, rica en valores tales como la lealtad, compañerismo, disciplina, lealtad, templanza, resiliencia y trabajo en equipo, donde instructor e instruido conforman una amalgama fuerte e imperecedera y los lazos de amistad llegan a durar toda la vida.
La campaña, no sólo entrega instrucción o conocimientos, sino que, además, es indispensable para formar el temple de quienes tendrán la misión de defender la Patria, el riguroso clima del otoño, acompañado de las incomodidades propias de dormir en una carpa, la exigencia en cuanto a horarios, el estresor del sueño o la lejanía del hogar, van entregando ese valor agregado a los soldados, quienes al término del período en terreno adquieren capacidades que los transformaran en combatientes individuales.
El equipo de instructores que tiene bajo su responsabilidad la formación militar de este grupo de jóvenes está compuesto por Oficiales y Clases del arma de Infantería, con años de experiencia al mando de tropa, además del necesario personal de apoyo logístico (enfermeros, cocineros, mecánicos, armeros, etc.), todos con las competencias necesarias para cumplir la tarea de formar Soldados, combatientes, hombres y mujeres con un profundo sentido de amor a la patria y cumplimiento del deber./