Hace tres décadas, ver a una mujer al volante de un bus, camión o maquinaria pesada era una rareza. Las rutas, talleres y terminales eran espacios dominados por hombres. Sin embargo, el tiempo, la educación y la determinación femenina transformaron esa realidad: hoy las mujeres conducen, lideran y enseñan seguridad vial con la misma solvencia, responsabilidad y destreza que cualquiera.
El ingreso de la mujer al mundo del transporte y la conducción profesional ha significado un cambio cultural profundo. No solo ha roto estereotipos, sino que también ha elevado los estándares de seguridad, empatía y respeto en la vía pública. Diversos estudios indican que las mujeres tienden a presentar menores tasas de infracciones y accidentes, lo que refleja su compromiso con la prudencia y la convivencia vial.
Actualmente, en Chile, cada vez más mujeres obtienen licencias profesionales para conducir buses de transporte público, camiones de carga, taxis y maquinaria pesada, demostrando que la inclusión de género también se vive sobre ruedas. Este avance no solo promueve la igualdad de oportunidades, sino que enriquece la cultura vial, aportando una mirada más colaborativa, paciente y humana.
Las mujeres al volante son símbolo de progreso y ejemplo de responsabilidad. Su presencia creciente en las calles, carreteras y empresas de transporte marca un nuevo rumbo hacia una movilidad más equitativa, segura y consciente, donde el respeto y la igualdad son las verdaderas señales que guían el camino.
