Más de 100 personas se reunieron en el Cementerio N°2 de Rancagua para rendir homenaje a las víctimas de la Tragedia del Humo, ocurrida en 1945. La jornada incluyó el anuncio de la intervención del memorial, en una ceremonia cargada de memoria, emoción y compromiso con la seguridad.
Con un simbólico toque de sirenas del Cuerpo de Bomberos de Rancagua y Machalí en todas sus compañías, inició la ceremonia conmemorativa por los 80 años de la Tragedia del Humo. Esta actividad forma parte del compromiso de Codelco División El Teniente con el rescate de la memoria y el aprendizaje continuo en materia de seguridad.
En la ceremonia participaron familiares, representantes de la Población O’Higgins, directivos del Círculo Social Sewell, dirigentes sindicales, autoridades locales y representantes de Codelco. La jornada se realizó en el Cementerio N°2 de Rancagua, frente al memorial que honra a los trabajadores fallecidos en 1945.
Fernando Avendaño, gerente de Gestión de Personas de la cuprífera, sostuvo que “cuando se pierde una vida en el trabajo, el tiempo no borra el dolor, solo lo transforma en memoria activa. Queremos construir un Codelco valiente, que no oculta sus errores, que pone la vida por delante y que aprende del pasado para avanzar hacia un futuro más justo, responsable y seguro”.
Guillermo Salinas, representante de la Población O’Higgins de Rancagua, valoró que “esto no puede parar, debe seguir por muchos años. Que las nuevas generaciones no dejen morir el patrimonio de mantener viva esta tradición”.
En el lugar, se realizó un responso ecuménico a cargo del obispo de la Diócesis de Rancagua, Guillermo Vera Soto. En la instancia, se recalcó la importancia del trabajo colaborativo para mantener esta tradición.
Legado en seguridad
El 19 de junio de 1945, los trabajadores fallecieron en un incendio en la fragua del portal de acceso Teniente 1 de la mina Braden Copper. Este incidente no solo dejó una profunda huella humana, sino que también impulsó un cambio estructural en materia de seguridad laboral.
Maximiliano González, gerente de Seguridad, Salud Ocupacional y Bienestar de El Teniente, destacó que “este es un suceso muy doloroso para la División, para la Corporación y para el país. Tras este evento, se generaron los departamentos de seguridad en la División y se impulsaron los más altos estándares para evitar que una tragedia así se repita”.
En tanto, Amador Pantoja, presidente del Sindicato Unificado Sewell y Mina, reafirmó que “Hoy día hay más preocupación y dedicación a la seguridad. Y eso nos da tranquilidad, porque queremos que nuestra gente suba a la mina, pero también que baje a sus hogares.”
Intervención del memorial
Durante la jornada, se realizó el anuncio oficial de una intervención en el memorial que incorporará dos nuevos módulos y cuatro placas conmemorativas, así como mejoras en sus accesos y áreas verdes. Las obras serán realizadas por Cesar Ortiz y Vicente Gajardo, emprendedores locales.
Ernesto Segundo, de 93 años, hijo de una de las víctimas y quien acude todos los años a la ceremonia, valoró la masiva convocatoria. “Vinimos cuatro generaciones familiares. Esto hace tiempo que no se veía, estoy muy contento porque hubo cariño y respeto. El amor por mi padre nunca se ha ido”.
Petronila Peñaloza, hija de trabajador fallecido, sostuvo que “aunque no lo conocí porque nací dos meses después de su muerte, vengo todos los años. Esta ceremonia es muy importante. Vengo los domingos a cambiarle la cruz. Mientras esté viva, seguiré viniendo”.
La actividad finalizó con una entrega de claveles y una romería hasta las tumbas de los fallecidos, sellando una jornada marcada por la emoción, el respeto y el compromiso permanente con la memoria y la seguridad de las y los trabajadores.
