El Teatro Municipal de Nancagua recibió a cuatro destacadas agrupaciones corales en un concierto gratuito y abierto a toda la comunidad, que se desarrolló recientemente con gran éxito en el marco de la programación cultural comunal.
El escenario reunió al Coro Polifónico de Rancagua, dirigido por Sebastián Inostroza; al Coro Polifónico Instituto Marista de San Fernando, bajo la dirección de Renny Vargas; al Coro Polifónico de Nancagua, liderado por Manuel Alejandro González y que celebró sus 54 años de aniversario; y al Coro infantil del Colegio Nancagua School, dirigido por Marcelo Álvarez. La cita convocó a público de todas las edades en torno al disfrute del canto coral.
El repertorio ofreció un recorrido por diversas sonoridades: desde la fuerza espiritual de la Misa Festiva de John Leavitt, hasta emotivas piezas del cancionero latinoamericano, folclórico y obras sacras que invitaron a la contemplación y al recogimiento.
La actividad fue organizada por la Ilustre Municipalidad de Nancagua, con financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) del Gobierno Regional de O’Higgins y su Consejo Regional. En tanto, el Coro Polifónico de Rancagua contó con el auspicio de la Universidad de O’Higgins.
APOYO COMUNAL
La jornada contó con la presencia del alcalde de Nancagua Gabriel Ahumada Díaz, los concejales Richard Cáceres Osorio y Aurora Videla Chávez, el consejero regional Alejandro Díaz Correa, además de representantes de la Cruz Roja de la comuna, quienes se sumaron a esta celebración de la música coral.
El alcalde Gabriel Ahumada Díaz agradeció la masiva asistencia y el entusiasmo de la comunidad, destacando la calidad de los coros que se presentaron y el variado repertorio que emocionó al público. “Este encuentro nos permitió valorar el talento local y acercar la música a las familias de nuestra comuna”.
Por su parte, Sebastián Inostroza, director del Coro Polifónico de Rancagua destacó la variada actividad coral que se realiza en Nancagua, con grandes expectativas de crecimiento.
“Los coros se enfrentaron a repertorios muy diversos —desde lo folclórico hasta lo clásico—, cada uno con un sello propio en sus voces y sonoridades. Más allá del concierto, lo más valioso fue la fraternidad que se generó: pudimos disfrutar del coro de niños, vocalizar juntos y compartir con directores y coristas en un ambiente de amistad y comunidad” señaló el director.
