Con motivo de cumplirse 50 años desde su egreso del Instituto San Fernando (ISF), un grupo de ex alumnos que culminó sus estudios en 1975 se reunió una vez más, para celebrar este significativo aniversario. El encuentro, que ya suma once ediciones desde su primera versión, tuvo lugar recientemente en Punta de Lobos, donde los asistentes llegaron desde distintos puntos del país para compartir tres días de grata convivencia, camaradería y recuerdos imborrables.
El grupo, que comenzó su historia en las aulas del antiguo colegio marista ubicado en la esquina de Carampangue con España, mantiene una tradición de reencontrarse periódicamente para rememorar vivencias y fortalecer los lazos que nacieron en aquellos años de formación. Algunos de los compañeros se conocen desde los primeros cursos de enseñanza básica, mientras que otros se fueron incorporando a lo largo del camino, conformando un grupo unido por la amistad, la historia y el cariño por su colegio.
Durante la reunión, no solo hubo tiempo para recordar anécdotas y momentos compartidos, sino también para rendir homenaje y expresar gratitud a los Hermanos Maristas y profesores laicos que marcaron su proceso educativo. En particular, se evocó la figura de los hermanos Pedro Santillana, Teófilo Paredes, Giusseppe Bortoluzzi y Eloy Pérez, junto a docentes como José Altimira, profesor Gaete de Educación Física, profesor Meléndez de Música, Alfonso Díaz, hermana Rosa, Humberto Calquín y Pablo Valiente, todos recordados por su entrega, vocación y por haber dejado una huella profunda en la formación valórica y académica de sus alumnos.
Este nuevo encuentro fue una oportunidad para renovar la amistad y reafirmar el sentido de pertenencia a una comunidad que, pese al paso del tiempo, se mantiene viva. En un ambiente de alegría, compañerismo y afecto, los ex alumnos coincidieron en que estos encuentros son una valiosa forma de mantener encendida la memoria compartida y de agradecer por los vínculos que el tiempo no ha logrado borrar.
“La verdadera amistad no se mide por los años, sino por la permanencia en el corazón”, comentó uno de los asistentes, reflejando el espíritu que ha mantenido unida a esta generación del ISF a lo largo de cinco décadas.
